jueves, 20 de junio de 2013

Sé eficaz sin importar dónde.

  • Esfuérzate siempre en distinguir lo esencial de lo accesorio y atender realmente a lo primero.
  • Determina cuál es tu mejor método de trabajo.
  • Pon orden, en cuanto tu eficacia personal y tu rendimiento se vean aumentados.
  • No seas apático(a). Conserva el espíritu vivo y abierto, y así podrás adaptarte a las circunstancias cambiantes de la vida, de la actividad del propio trabajo y de la institución.
  • Estate satisfecha(o) físicamente. Mantén tu forma y equilibrio psíquico.


  • No nos aburramos de nosotros mismos. Escapa de la rutina, pereza y ceguera intelectual.
  • Evita la agitación y la sobre excitación que turban el espíritu, trastornan la salud, alternan la moral y perjudican el rendimiento.
  • Que tu espacio sea sólo tuyo. Tu ambiente laboral debe ser alumbrado, ventilado, y protegido del frío

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